El peligro de la falsa Paz. Argumento que han utilizado o emplean desde líderes malévolos, falsos profetas y hasta el Anticristo para engañar a muchos Parte I.
Es grave que se acepte e imponga bajo cualquier pretexto la falsa Paz en cualquier parte del mundo. La Paz verdadera viene de Dios, no es del mundo y esta paz tiene fundamento vital como está escrito al comienzo de la encíclica Pacem in Terris de Juan XXIII en cuatro pilares que son:
"Sobre la paz entre todos los pueblos que ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad."
Encíclica Pacem in Terris
Papa San Juan XXIII
La Paz no es un simple concepto, es uno de los regalos más grandes que es potestad de Dios y que él entrega a una persona o un conglomerado humano como un pueblo. No se puede utilizar esta palabra en forma banal, porque ofende enormemente a Dios.
La Paz es un estado al que se llega sólo si Dios lo permite, no está en el hombre hacer uso siquiera de esta palabra sin respeto. El hombre que llegue a utilizar la Paz para buscar un rédito particular como por ejemplo fama, poder u otra forma de beneficio está haciendo en vez de un bien uno de los más grandes males.
En el siglo XX el mundo padeció los dos más grandes conflictos militares hasta el momento en la historia: La Primera y Segunda Guerra mundial que horrorizaron al mundo, sin embargo, a pesar de lo funesto y horripilante que fueron estos eventos, no sirvieron de escarmiento a la humanidad para no recurrir a la violencia y maldad para lograr objetivos mezquinos y antes con el paso del tiempo, al contrario los conflictos, la violencia y la perversidad se han multiplicado en forma viral y con nuevos actores y métodos de afectar a la vida en sociedad. A pesar de que se crearon organismos mundiales como la ONU para intentar dirimir y disminuir los conflictos, esto en realidad ha demostrado que la Paz no es potestad del hombre y es utópico; está fuera del alcance humano mientras éste no se lo pida a Dios. Sin hacer la voluntad de Dios y sin pedirle este regalo a él, no es posible vivir en un mundo o al menos en un conglomerado humano pacífico. Pero, porqué ocurre esto, es simple, el hombre cada día trata de vivir en el mundo como si Dios no existiera y al despreciar su existencia, viola los preceptos y normas de Dios que garantizan una existencia pacífica y armoniosa en sociedad.
¿Cómo puede un hombre o una sociedad esperar las gracias y dones del cielo, entre los que está la Paz si actúa contra Dios y sus normas? Por simple lógica humana, como puedo esperar un regalo de alguien si lo ofendo sobremanera. Aunque Dios es misericordioso e infinitamente bondadoso, también es un sabio y justo juez y cómo Señor y Creador del mundo tiene la potestad y el poder de dar o quitar los bienes y gracias en el momento que lo determine y hacer valer su autoridad sobre el mundo. Si esto no fuera así, el hombre por su propia libertad y sin la intervención divina definitivamente acabaría consigo mismo y la creación de Dios que le fue puesta bajo su propio poder y administración limitada.
El hombre es libre y puede orientar su voluntad a favor o contra Dios y no está solo en este universo, los ángeles caídos o demonios están siempre contra Dios y aprovechan la imperfección humana para influir y hacer que el hombre actúe contra Dios. Es por eso que tanto mal en el mundo no tiene su origen solamente en la maldad que pueda nacer en el corazón del hombre sino que también es fruto de la influencia de los espíritus malignos.
Cuando Nicolás Maquiavelo escribió su obra el Príncipe hace ya varios siglos, plasmó en forma magnífica la conducta perversa del hombre cuándo la ambición y el deseo de poder se apoderan de su corazón y cómo éste llega al extremo de la barbarie y su lema de el fin justifica los medios, hacen que ya nada ni nadie importe, aunque se afecte en forma grave y hasta criminal a otros, con tal de lograr los intereses más egoístas y malvados. Lamentablemente, su obra se convirtió en un triste manual para ególatras y dictadores en el mundo. Las nuevas generaciones de líderes y políticos del mundo, que leen este libro, hasta creen y confían que las directrices de este libro es su ruta o guía para lograr su éxito en la vida y por eso lo aplican con rigor y aún con exageración para cumplir con sus malos propósitos.
Ahora en el siglo XXI y ya en la segunda década, es increíble pensar que con los adelantos tecnológicos y científicos que han mejorado la calidad de vida y se tiene acceso a comodidades inimaginables, el ser humano que puede llevar una vida más placentera y más acorde con el bienestar social, que es más fácil compartir en provecho de todos y sea en teoría cada vez más civilizado, esté en igual o más empecinado en vivir en forma egoísta e individualista que sus antepasados que vivían en medio ambiente menos favorable y placentero.
Pero el desarrollo de la humanidad, no significa erradicación del mal. En la actualidad, el mal utiliza los avances tecnológicos y científicos unidos al poder económico y todo los recursos posibles (hasta argumentos legales) en su provecho para llegar hasta con mayor fuerza y alcance a más personas. Los medios de comunicación y la tecnología de información se han convertido en las nuevas herramientas que están siendo explotadas y usadas por personajes sin escrúpulos para transmisión de sus ideas, propagación de doctrinas perversas e ideas malvadas y que buscan en forma melosa y con engaño sembrar dudas y errores en los corazones de muchas personas que son realmente buenas.
La mentira, es el arma y característica más relevante del principal enemigo de Dios "el demonio" en su afán por apartar a la humanidad de su creador, aunque no es algo exclusivo de éste. El hombre desde que tiene noción y conocimiento del mal, también lo utiliza para lograr fines de todo tipo y diferentes grados de perversidad. Ahora se contempla con horror, la hipocresía de los gobernantes y poderosos del mundo, que se llenan la boca al hablar de paz y saben que es un tema muy atractivo entre las personas y explotan hábilmente este concepto para lograr atraer para si un aura de grandeza y benevolencia que en realidad no tienen.
Uno de los factores que más ha llevado a muchos a explotar el tema de la paz tiene que ver con transformación de uno de los premios más nobles en un objetivo político y botín político: "El Nobel de Paz", que ha pasado de ser noble en su origen a un premio apetecido más por la fama e influencia que otorga, que en el fin sobre el que se fundamenta el premio. El premio Nóbel de Paz perdió desde hace unos años, su carácter de reconocer a personas y organizaciones realmente excepcionales que han entregado su vida y esfuerzo en lograr en alcanzar la paz para sus pueblos y naciones en convertirse en el nuevo Santo Grial, el Dorado, el nuevo élixir de la eterna juventud que en la historia motivó a miles de hombres sin escrúpulos a hacer hasta lo imposible e impensable con tal de encontrar esos tesoros, sin embargo, este tesoro no está tan lejano, simplemente con base en mentiras y lograr sobreactuar descaradamente haciendo la mejor mímica de una falsa bondad, dando muestras de un sentimiento falso sentimiento o llegado el caso recurriendo a la compra de conciencias crear un colectivo que secunde a un individuo o colectividad hipócrita que al igual que el caballo de Troya oculta su verdadera intención y lograr ganar el premio aunque para ello sumerjan a sus pueblos y hermanos de sangre en la ignominia, pobreza y la injusticia.
La falsa Paz es y ha sido uno de los atributos que han sido identificados en la Biblia como tema de los falsos profetas que han llegado al mundo y están por venir, hasta el mismo Anticristo mencionado en el Apocalipsis utilizará la Paz como argumento para seducir al mundo y cuando tenga la mayor cantidad posible de adeptos, dará a conocer su verdadero rostro y ejecutará todo el mal posible.
Aunque el Anticristo se considera que aparecerá al final de los tiempos, será precedido por muchos que emplearan la falsa Paz para pregonar su falsa bondad y lograr sus oscuros fines. Pero, hay de aquellos que utilicen el tema de la Paz para su propio beneficio, en realidad aunque logren sus objetivos y en vez de paz hagan reinar la opresión y la injusticia, atraerán inevitablemente para sí la justicia de Dios, justicia que no está exenta de castigos y sufrimientos.
Realmente hay que rezar por los que ofendan a Dios con la falsa Paz, porque lo único que se sabe es que todo el daño y sufrimiento que ocasionen tendrán que someterse a su justa reparación y si estas personas no se arrepienten pueden no alcanzar lo más importante el perdón y la misericordia de Dios.
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