SAN BENITO DE NURSIA:GRAN ENEMIGO DEL DEMONIO PARTE VIII FINAL TEMA.
UNA DE LAS VIDAS MÁS EJEMPLARES DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA.
![]() |
PINTURA DE SAN BENITO Obra de Fra Angélico Imagen encontrada en el dominio público |
Datos sobre San Benito:
Nombre: Benito
Fecha y lugar de Nacimiento: Nursia Italia Año 480 A.D. Siglo V. Comienzo de la edad media, 4 años después de la caída del imperio romano de occidente.
Fecha y lugar de Fallecimiento: 21 de marzo del Año 547 A.D. Siglo VI. Monasterio de Montecassino Italia.
Representación en imágenes: Su imagen se representa con el Libro de la Regla, una copa rota y un cuervo con un trozo de pan en el pico.
Medalla de San Benito: Aunque no se conoce la fecha de origen de esta medalla la iglesia católica le reconoce un valor sacramental y que posee un gran poder de exorcismo.
ANVERSO MEDALLA SAN BENITO Imagen encontrada en el dominio público |
![]() |
REVERSO DE LA MEDALLA DE SAN BENITO Imagen encontrada en el dominio público |
ORACIÓN DE EXORCISMO ASOCIADA A LA MEDALLA DE SAN BENITO
Crux Sancti Patris Benedicti
Cruz del Santo Padre Benito
Crux Sacra Sit Mihi Lux
Mi lux sea la cruz Santa,
Non Draco Sit Mihi Dux
No sea el demonio mi guía
Vade Retro Satana
¡Apártate, Satanás!
Numquam Suade Mihi Vana
No sugieras cosas vanas,
Sunt Mala Quae Libas
Pues maldad es lo que brindas
Ipse Venena Bibas
Bebe tú mismo el veneno
Benedicto XIV otorgó el 12 de marzo de 1742 indulgencia plenaria a la Medalla de San Benito si la persona cumple las siguientes condiciones:
*Realiza el Sacramento de la Reconciliación (Confesión de los pecados ante un sacerdote)
*Recibe la Eucaristía
*Ora por el Santo Padre en las grandes fiestas
*Durante esa semana reza el Santo Rosario, visita a los enfermos, ayuda a los pobres, enseña la Fe Cristiana o participa en la Santa Misa.
Grandes Fiestas son: Navidad, Epifanía, Pascua de Resurrección, Ascensión, Pentecostés, Santísima Trinidad, Corpus Christi, Asunción de la Virgen María, Inmaculada Concepción de María, Fiesta de Todos los Santos y Fiesta de San Benito.
Quiénes lleven la Medalla de San Benito a la hora de la muerte serán protegidos siempre que se encomienden al Padre, se confiesen y reciban la Comunión o al menos invoquen el nombre de Jesús con verdadero y profundo arrepentimiento.
Extractos Vida de San Benito, según el libro de San Gregorio Magno:
CAPÍTULO XXXVI
CAPÍTULO XXXVI
ESCRIBIÓ UNA REGLA MONÁSTICA
Escribió una Regla para monjes, notable por su discreción y clara en su lenguaje. Para todo el que quiera conocer con más detalle su vida y costumbres, podrá encontrar en las ordenaciones de esta Regla todo lo que enseñó con el ejemplo, pues San Benito de ninguna manera pudo enseñar otra cosa sino lo que había vivido.
CAPÍTULO XXXVII
LA PROFECÍA SOBRE SU MUERTE QUE HIZO A LOS MONJES
En el mismo año que había de terminar su vida, anunció el día de su muerte a algunos de los monjes que vivían con él y a otros que estaban lejos; a los que estaban presentes les recomendó que guardaran silencio de lo que habían oído y a los ausentes les indicó la señal que les daría cuando su alma saliera del cuerpo. Seis días antes de su muerte mando abrir su sepultura. Pronto fue atacado por la fiebre y comenzó a fatigarse a causa de su violento ardor. Como la enfermedad se agravaba cada día más, al sexto se hizo llevar por sus discípulos al oratorio, donde se confortó para la salida de este mundo recibiendo el cuerpo y la sangre del Señor y apoyando sus débiles miembros en las manos de sus discípulos, permaneció de pie con las manos levantadas al cielo y exhaló el último suspiro, entre palabras de oración. En el mismo día, dos de sus monjes, uno que vivía en el mismo monasterio y otro que estaba lejos de él tuvieron una misma e idéntica visión.
Vieron un camino adornado de tapices y resplandeciente de innumerables lámparas, que en dirección a Oriente iba desde su monasterio al cielo. En la parte superior del camino, un hombre de aspecto venerable y lleno de luz les preguntó si sabían qué camino era el que estaban viendo. Al contestarle ellos que no, les dijo: "Éste es el camino por el cual el amado del Señor, San Benito, ha subido al cielo".
Así, los presentes vieron la muerte de San Benito y los ausentes la conocieron por la señal que les había dado. Fue sepultado en el oratorio de San Juan Bautista, que él mismo había edificado sobre el destruido altar de Apolo. Y tanto aquí como en la cueva de Subiaco, donde antes había vivido, brilla hasta el día de hoy por sus milagros, cuando lo merece la fe de quiénes los piden.
CAPÍTULO XXXVIII
DE UNA MUJER LOCA, CURADA EN SU CUEVA
Poco después ocurrió el siguiente hecho: Una mujer loca, mientras tuvo enajenado el juicio, vagaba día y noche por montes y valles, bosques y campos, sin descansar en ninguna parte, sino donde le obligaba la fatiga. Un día, después de haber caminado errante durante mucho rato, llegó a la cueva de San Benito y quedóse allí dormida, ignorando completamente dónde había entrado. Al día siguiente, salió tan sana de juicio como si nunca hubiera sufrido desvarío alguno, y durante el resto de su vida conservó la salud que habría recuperado.
Escribió una Regla para monjes, notable por su discreción y clara en su lenguaje. Para todo el que quiera conocer con más detalle su vida y costumbres, podrá encontrar en las ordenaciones de esta Regla todo lo que enseñó con el ejemplo, pues San Benito de ninguna manera pudo enseñar otra cosa sino lo que había vivido.
CAPÍTULO XXXVII
LA PROFECÍA SOBRE SU MUERTE QUE HIZO A LOS MONJES
En el mismo año que había de terminar su vida, anunció el día de su muerte a algunos de los monjes que vivían con él y a otros que estaban lejos; a los que estaban presentes les recomendó que guardaran silencio de lo que habían oído y a los ausentes les indicó la señal que les daría cuando su alma saliera del cuerpo. Seis días antes de su muerte mando abrir su sepultura. Pronto fue atacado por la fiebre y comenzó a fatigarse a causa de su violento ardor. Como la enfermedad se agravaba cada día más, al sexto se hizo llevar por sus discípulos al oratorio, donde se confortó para la salida de este mundo recibiendo el cuerpo y la sangre del Señor y apoyando sus débiles miembros en las manos de sus discípulos, permaneció de pie con las manos levantadas al cielo y exhaló el último suspiro, entre palabras de oración. En el mismo día, dos de sus monjes, uno que vivía en el mismo monasterio y otro que estaba lejos de él tuvieron una misma e idéntica visión.
Vieron un camino adornado de tapices y resplandeciente de innumerables lámparas, que en dirección a Oriente iba desde su monasterio al cielo. En la parte superior del camino, un hombre de aspecto venerable y lleno de luz les preguntó si sabían qué camino era el que estaban viendo. Al contestarle ellos que no, les dijo: "Éste es el camino por el cual el amado del Señor, San Benito, ha subido al cielo".
Así, los presentes vieron la muerte de San Benito y los ausentes la conocieron por la señal que les había dado. Fue sepultado en el oratorio de San Juan Bautista, que él mismo había edificado sobre el destruido altar de Apolo. Y tanto aquí como en la cueva de Subiaco, donde antes había vivido, brilla hasta el día de hoy por sus milagros, cuando lo merece la fe de quiénes los piden.
CAPÍTULO XXXVIII
DE UNA MUJER LOCA, CURADA EN SU CUEVA
Poco después ocurrió el siguiente hecho: Una mujer loca, mientras tuvo enajenado el juicio, vagaba día y noche por montes y valles, bosques y campos, sin descansar en ninguna parte, sino donde le obligaba la fatiga. Un día, después de haber caminado errante durante mucho rato, llegó a la cueva de San Benito y quedóse allí dormida, ignorando completamente dónde había entrado. Al día siguiente, salió tan sana de juicio como si nunca hubiera sufrido desvarío alguno, y durante el resto de su vida conservó la salud que habría recuperado.
Los Santos mártires como San Benito pueden obrar muchos prodigios allí donde yacen sus cuerpos, como de hecho así sucede, y allí hacen muchos milagros a los que los solicitan con recta intención. Pero, porqué las almas enfermizas pueden dudar de que los mártires estén presentes para escucharles donde saben que no están sus cuerpos, por eso es necesario que obren mayores milagros donde un alma débil puede dudar de su presencia. Pero la fe de aquellos que tienen el alma unida a Dios tiene tanto mérito, cuanto que saben que aunque no estén allí sus cuerpos, no por eso dejarán de ser escuchados. Por eso, la misma Verdad, para acrecentar la fe de sus discípulos, les dijo: Si yo no me voy, no vendrá el Espíritu Paráclito (Juan 16,7). ¿por qué dice el Hijo que debe retirarse para que venga el que no se aleja jamás de él? Pues porque los discípulos, viendo al Señor en la carne, tenían deseos de verle siempre con los ojos corporales. Por eso les dijo con razón: Si yo no me voy, no vendrá a vosotros el Espíritu Paráclito. Como si dijera abiertamente "Si no sustraigo mi cuerpo a vuestras miradas, no puedo mostraros lo que es el amor del Espíritu; y si no dejáis de verme corporalmente, jamás aprenderéis a amarme espiritualmente.
NOTA: Este es la parte final del tema relacionado con la biografía de San Benito de Nursia, siendo entonces compuesta por 8 partes para que fuera más fácil de leer y publicar en este sitio. Agradezco a todos los que han leído o desean leer sobre la vida de este gran Santo de la Iglesia Católica. Este tema no va a ser eliminado del sitio por lo que lo pueden consultarlo cuantas veces quieran, en cuento a los productos relacionados si pueden ser cambiados de acuerdo a si existen existencias de los productos ofertados, sería importante que me avisaran si alguno de estos no esté disponible para su compra, para buscar uno semejante.
Fuentes consultadas:
Libro de los diálogos de San Gregorio Magno
http://mercaba.org/FICHAS/Satan/la_medalla_de_san_benito.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Medalla_de_San_Benito
http://www.annclinlabsci.org/content/32/2/207.full.pdf
http://www.annclinlabsci.org/content/32/2/207.full.pdf
Productos relacionados con el Tema:
NOTA IMPORTANTE: Las Medallas de San Benito que aparecen aquí, hagánlas bendecir. No se pueden comprar bendecidas NINGUNA IMAGEN U OBJETO SAGRADO O DE DEVOCIÓN porque se cometería el pecado de SIMONÍA, que es la compra de objetos sagrados. AVERIGÜEN BIEN, POR FAVOR.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario